Wilfredo Moncada was murdered during a peaceful protest on April 10, 2019. There has been little progress on the criminal proceedings against the police agents responsible for his death.
Wilfredo Moncada fue asesinado durante una protesta pacífica el 10 de abril de 2019. Ha habido pocos avances en el proceso penal contra los agentes de policía responsables de su muerte.
Wilfredo de Jesús Ramírez Moncada was an exemplary student, who led his class and coordinated the youth section of the group “Bastión del Sur” (“Bastion of the South”). On April 10, 2019, a peaceful demonstration against president Juan Orlando Hernandez’s illegal reelection was taking place in the neighborhood of San Luis, in the city of Choluteca, southern Honduras. The protest was met with a violent repression, as police agents used tear gas and firearms against demonstrators.
Wilfredo, who was 17 years old at the time, was actively participating in the April 10 protest when he was shot by police agents. He was taken to the Escuela Hospital (a medical facility located in Tegucigalpa), where he died the next morning. After the incident, the National Police appointed a special commission to investigate these events. A few days later, a violent confrontation took place between Bastión del Sur members and police agents during Wilfredo’s funeral.
Even though the police officers responsible for his murder were denounced, the criminal investigations are not progressing with due diligence. Both Wilfredo’s mother, Doris Moncada, and his representatives have faced obstacles to access the investigations. On December 1, 2020, they requested updates on the status of the case from the Fiscalía Regional de Derechos Humanos (Regional Human Rights Prosecutor’s Office) of Choluteca. On January 11, 2021, they received a preliminary report from the Prosecutor’s Office, headed by Mr. Germán Reyes, containing a summary of the proceeding. According to the report, a member of the UDEP headquarters No. 6 of Choluteca of the National Police was identified as the prime suspect. The report also pointed out that there were pending tests to be carried out, and that the prosecutor’s complaint against the police officers would be presented in April 2021.
Additionally, the person who videotaped Wilfredo being shot was forced to flee and request international protection in another country.
Wilfredo de Jesús Ramírez Moncada era un estudiante ejemplar, que presidía su clase y coordinaba la sección juvenil del grupo “Bastión del Sur“. El 10 de abril de 2019, una manifestación pacífica contra la reelección ilegal del presidente Juan Orlando Hernández tenía lugar en el barrio de San Luis, en la ciudad de Choluteca, al sur de Honduras. La protesta fue recibida con una violenta represión, ya que los agentes de policía utilizaron gases lacrimógenos y armas de fuego contra los manifestantes.
Wilfredo, que entonces tenía 17 años, participaba activamente en la protesta del 10 de abril cuando recibió disparos de agentes de policía. Fue trasladado al Hospital Escuela (un centro médico situado en Tegucigalpa), donde murió a la mañana siguiente. Tras el incidente, la Policía Nacional nombró una comisión especial para investigar los hechos. Pocos días después, se produjo un violento enfrentamiento entre miembros de Bastión del Sur y agentes de policía durante el funeral de Wilfredo.
A pesar de que los policías responsables de su asesinato fueron denunciados, las investigaciones penales no avanzan con la debida diligencia. Tanto la madre de Wilfredo, Doris Moncada, como sus representantes han enfrentado obstáculos para acceder a las investigaciones. El 1 de diciembre de 2020, solicitaron a la Fiscalía Regional de Derechos Humanos de Choluteca información actualizada sobre el estado del caso. El 11 de enero de 2021, recibieron un informe preliminar de la Fiscalía, a cargo del Sr. Germán Reyes, conteniendo un resumen del procedimiento. Según el informe, se identificó como principal sospechoso a un miembro de la UDEP sede No. 6 de Choluteca de la Policía Nacional. El informe también señalaba que existían pruebas pendientes por practicar y que la denuncia fiscal contra los policías sería presentada en abril de 2021.
Además, la persona que grabó en vídeo el momento en que Wilfredo recibió los impactos de bala se vio obligada a huir y solicitar protección internacional en otro país.
In Honduras, since the coup d’état in 2009, freedom of assembly and the right to peaceful protest have been severely repressed. After the presidential elections in November 2017, there were demonstrations against former President Juan Orlando Hernandez’s reelection (expressly prohibited by the Political Constitution). The Electoral Observation Mission of the Organization of American States, expressed its doubts about the process, and the U.S. Attorney’s Office later confirmed that Orlando Hernandez used bribes he received from drug traffickers, such as Joaquín “el Chapo” Guzmán, to commit electoral fraud.
The post-election protests were harshly repressed by the National Police and the Armed Forces. As a result, 23 people were killed, 1,351 were arrested and at least 117 have faced criminal proceedings for their participation in them, some of which are still ongoing. In 2019, this repressive trend increased, for example, in the context of the April protests over the approval of regulations to restructure the health and education systems, as well as those related to various corruption cases involving president Orlando Hernandez. According to local organizations, between March and July 2019, there were at least six deaths, 80 people were injured, and police forces arbitrarily detained 48 people.
En Honduras, desde el golpe de Estado de 2009, la libertad de reunión y el derecho a la protesta pacífica han sido duramente reprimidos. Tras las elecciones presidenciales de noviembre de 2017, hubo manifestaciones contra la reelección del expresidente Juan Orlando Hernández (la cual fue expresamente prohibida por la Constitución Política). La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos, expresó sus dudas sobre el proceso, y la Fiscalía de Estados Unidos confirmó posteriormente que Orlando Hernández utilizó sobornos que recibió de narcotraficantes, como Joaquín “el Chapo” Guzmán, para cometer fraude electoral.
Las protestas postelectorales fueron duramente reprimidas por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. Como resultado, 23 personas murieron, 1.351 fueron detenidas y al menos 117 se han enfrentado a procesos penales por su participación en ellas, algunos de los cuales siguen abiertos. En 2019, esta tendencia represiva se incrementó, por ejemplo, en el contexto de las protestas de abril por la aprobación de normas para reestructurar los sistemas de salud y educación, así como las protestas relacionadas con varios casos de corrupción que involucran al presidente Orlando Hernández. Según organizaciones locales, entre marzo y julio de 2019 se produjeron al menos seis muertes, 80 personas resultaron heridas y las fuerzas policiales detuvieron arbitrariamente a 48 personas.
- Conexihon, Incesante persecución política contra la lideresa sureña Aleyda Huete (18 March 2020)
- CIDH, CIDH manifiesta su preocupación por la situación en Honduras; y llama al Estado a garantizar el derecho a la protesta y reunión pacífica de acuerdo a estándares interamericanos (03 July 2019)
- Criterio, Defensores exigen investigación integral del asesinato de joven en Choluteca (11 April 2019)