Tracking cases that protect freedom of expression, association, and assembly

Action of unconstitutionality against the reform to Honduras’ Penal Code

Last Case Update

On May 10, 2020, the new Criminal Code entered into force in Honduras, through Decree no. 130-2017. This legal instrument includes several criminal offenses that criminalize journalism and the defense of human rights, and limit the right to information, freedom of expression, and the right to protest. Several actions of unconstitutionality against it are pending before the Honduran Supreme Court of Justice.

El 10 de mayo de 2020 entró en vigor el nuevo Código Penal en Honduras, mediante el Decreto no. 130-2017. Este cuerpo legal incluye varios tipos penales que criminalizan el periodismo y la defensa de los derechos humanos, y limitan el derecho a la información, la libertad de expresión y el derecho a la protesta. Varias acciones de inconstitucionalidad en su contra se encuentran pendientes de resolución ante la Corte Suprema de Justicia de Honduras.

The Criminal Code includes “criminal liability in crimes committed through the media,” and contains the crimes of “slander” and “libel”, “taking advantage of secret or privileged information”, “espionage” and “public disorder.” According to CSOs, these allow the criminalization of the exercise of the right to protest and freedom of expression. In addition, the new Criminal Code contains provisions that affect the effective exercise of freedom of peaceful assembly and association, by including “unlawful meetings and demonstrations”, “association to commit a crime”, “disturbing the peace” and “terrorist association” as crimes.

In addition, the Criminal Code includes the crime of “torture”, excluding the possibility that it may be committed by private individuals acting on instruction or with the agreement of public officials, which is contrary to regional and international standards on the matter.

The new Criminal Code also entails significant limitations to the rights of women, young women and girls in the country. While reducing the penalties previously in force for crimes related to violence against women, especially sexual violence, it completely criminalizes abortion. This is in violation of the State’s duty to respect, protect and ensure women’s rights to life, health and integrity. Abortion was recently banned after the amendment of Article 67 of the Constitution, which prevents its legalization in the future. Honduras is one of the few countries in the world in which abortion is prohibited in all cases, even though one in every four girls has been pregnant at least once before the age of 19, and where it is estimated that between 51,000 to 82,000 unsafe abortions are performed each year, according to UN experts.

Moreover, the Criminal Code defines the crime of “usurpation” in a vague manner, with respect to the intentionality required for its commission, which could lead to its discretionary enforcement against human rights defenders. This is currently taking place in the case of Garifuna defenders Marianela Mejía Solórzano and Jennifer Sarina Mejía Solórzano, who are members of the Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) (Black Fraternal Organization of Honduras).

Given these circumstances, several Honduran civil society organizations have filed constitutional challenges to the law. For example, on August 27, 2020, the Comité por la Libertad de Expresión (C-Libre) (Committee for Freedom of Expression), filed an unconstitutionality appeal, on grounds of form, against the Criminal Code. C-Libre argued that the Congreso Nacional (National Congress) did not follow the process established in the Constitution of the Republic of Honduras to pass the law, since the opinion of the Corte Suprema de Justicia (Supreme Court of Justice) was not heard, nor was the legislation discussed by lawmakers over the course of three debates.

At least four other actions of unconstitutionality were filed before the CSJ by the following CSOs:

It should be noted that the Inter-American Commission on Human Rights and the Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights (OHCHR) in Honduras expressed their concern over the final text of new Criminal Code, stating that it “contains disproportionate restrictions on the freedom of expression and the freedom of the press, in addition to provisions whose wordings may affect the right to protest and defend human rights in the country”. Therefore, they called upon the state to review Criminal Code in accordance with the international human rights standards and commitments Honduras is a party to.

El Código Penal incluye “responsabilidad penal en delitos cometidos a través de los medios de difusión”, y contiene los delitos de “calumnia” e “injuria”, “aprovechamiento secreto o información privilegiada”, “espionaje” y “desórdenes públicos”. Según las organizaciones de la sociedad civil, estos delitos permiten criminalizar el ejercicio del derecho a la protesta y la libertad de expresión. Además, el nuevo Código Penal contiene disposiciones que afectan al ejercicio efectivo de la libertad de reunión pacífica y de asociación, al incluir como delitos las “reuniones y manifestaciones ilícitas”, la “asociación para delinquir”, la “perturbación del orden” y la “asociación terrorista”.

Además, el Código Penal incluye el delito de “tortura”, excluyendo la posibilidad de que pueda ser cometido por particulares que actúen siguiendo instrucciones o con el aquiescencia de funcionarios públicos, lo que es contrario a las normas regionales e internacionales en la materia.

El nuevo Código Penal también supone importantes limitaciones a los derechos de las mujeres, las jóvenes y las niñas del país. Al tiempo que reduce las penas anteriormente vigentes para los delitos relacionados con la violencia contra las mujeres, especialmente la violencia sexual, criminaliza de forma absoluta el aborto. Esto viola la obligación del Estado de respetar, proteger y garantizar los derechos de las mujeres a la vida, la salud y la integridad. Recientemente se prohibió el aborto tras la modificación del artículo 67 de la Constitución, lo que impide su legalización en el futuro. Honduras es uno de los pocos países del mundo en el que el aborto está prohibido en todos los casos, a pesar de que una de cada cuatro niñas ha estado embarazada al menos una vez antes de los 19 años, y donde se calcula que se practican entre 51.000 y 82.000 abortos inseguros al año, según expertas de la ONU.

Además, el Código Penal define el delito de “usurpación” de manera vaga, con respecto a la intencionalidad requerida para su comisión, lo que podría llevar a su aplicación discrecional contra personas defensoras de derechos humanos. Esto está ocurriendo actualmente en el caso de las defensoras garífunas Marianela Mejía Solórzano y Jennifer Sarina Mejía Solórzano, miembros de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH).

Dadas estas circunstancias, varias organizaciones de la sociedad civil hondureña han presentado recursos de inconstitucionalidad contra la ley. Por ejemplo, el 27 de agosto de 2020, el Comité por la Libertad de Expresión (C-Libre), presentó un recurso de inconstitucionalidad, por razones de forma, contra el Código Penal. C-Libre argumentó que el Congreso Nacional no siguió el proceso establecido en la Constitución de la República de Honduras para aprobar la ley, ya que no se escuchó la opinión de la Corte Suprema de Justicia, ni la legislación fue discutida por los legisladores a lo largo de tres debates.

Al menos otras cuatro acciones de inconstitucionalidad fueron presentadas ante la CSJ por las siguientes organizaciones de la sociedad civil:

Cabe señalar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) en Honduras expresaron su preocupación por el texto final del nuevo Código Penal, afirmando que “contiene restricciones desproporcionadas a la libertad de expresión, la libertad de prensa, así como determinadas disposiciones que por su formulación pueden afectar el derecho a la protesta y a defender derechos humanos en el país”. Por ello, instaron al Estado a revisar el Código Penal de acuerdo con las normas y compromisos internacionales de derechos humanos de los que Honduras es parte.

These laws were passed and/or urgently amended, in the context of a “national emergency” decreed during the pandemic. This tactic was employed to pass several laws that present risks to the human rights of Hondurans, especially those of human rights defenders and journalists, who are fundamental in observing the exercise of power in the country. This is illustrated by the hasty proceedings regarding the Criminal Code and the Ley de Secretos Oficiales (Official Secrets Law).

Estas leyes fueron aprobadas y/o enmendadas con urgencia, en el contexto de una “emergencia nacional” decretada durante la pandemia. Esta táctica fue empleada para aprobar varias leyes que presentan riesgos para los derechos humanos de los hondureños, especialmente los de las personas defensoras de los derechos humanos y periodistas, que son fundamentales para observar el ejercicio del poder en el país. Ejemplo de ello son las apresuradas tramitaciones del Código Penal y de la Ley de Secretos Oficiales.