Elmer Campos was shot while participating in a protest against a gold mine in Cajamarca, Peru. There are currently two proceedings still pending: a criminal proceeding against the police agents responsible for his injuries, and a proceeding to hold a private company accountable as a civilly responsible third party. His case is also under review by the Inter-American Commission on Human Rights.
Elmer Campos recibió un disparo cuando participaba en una protesta contra una mina de oro en Cajamarca, Perú. Actualmente hay dos procedimientos pendientes: uno penal contra los agentes de policía responsables de sus heridas, y otro para exigir responsabilidad civil a una empresa privada. Su caso también está siendo examinado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
The Conga mining project is the largest open pit gold mine in South America, and it impacts and pollutes the water resources of the surrounding communities, for whom they are sacred and vital for sustaining their agricultural activities and personal use. The project is owned by the company Yanacocha, formed by Buenaventura and Newmont Mining Corporation, based in the United States.
On November 29, 2011, massive protests took place in Cajamarca, Peru, against the Conga mining project. By virtue of an agreement, the National Civil Police (PNC) were in charge of providing security services for this project. The protests were met with violent repression, as PNC agents used firearms against demonstrators, injuring 17 people. The campesino Elmer Campos, who was participating in the protests, was shot by PNC agents. As a result, he lost a kidney and his spleen, and suffers permanent paralysis from the waist down.
There is an open criminal proceeding against two police officers deployed on the day of the demonstration. The oral hearing is pending, although one of the defendants requested for the process to be transferred to another jurisdiction.
On the other hand, Elmer and his representatives at the Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (National Coordinator of Human Rights) are seeking to hold Yanacocha accountable as a civilly responsible third party. In 2017, the Juzgado de Investigación Preparatoria de Celendín (Celendín Preparatory Investigation Court), while acknowledging the Ministry of the Interior’s responsibility, completely ignored the contract between the PNC and the Yanacocha company and therefore cleared the company of all responsibility. This decision was challenged by Elmer’s defense before the Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca (Criminal Appeals Chamber of Cajamarca), which ruled in his favor on November 13, 2017.
However, the Corte Suprema de Justicia (Supreme Court of Justice) overturned this decision, arguing that the link between the PNC and Yanacocha was horizontal (mere coordination) and not vertical (direction). Elmer Campos and his representatives filed an amparo action against this decision, alleging that the Supreme Court did not take into account all the evidence to determine Yanacocha’s responsibility, violating their right to reparation. The amparo was dismissed without reviewing the merits, which is why Elmer’s defense appealed before the Constitutional Court. In May, 2022, the International Service for Human Rights (ISHR) and Robert F. Kennedy Human Rights (RFK Human Rights) presented an amicus brief to express their support for the appeal.
Given the lack of reparation by the Peruvian State for more than eleven years after the events occurred, Mr. Campos has also taken legal action before a Federal Court of the United States. EarthRights International (ERI) filed an action on his behalf requesting Newmont company to provide information that can clarify what happened on November 29, 2011. On March 16, 2015, the U.S. Court ordered Newmont to deliver any information in its possession related to the police repression of protests against the Conga mining project, including photos and videos taken that day, Yanacocha security reports, communications between Yanacocha and the police, and internal company communications. Additionally, the court granted the plaintiff’s request to take an affidavit from a Newmont representative.
Elmer Campos has also filed a petition before the Inter-American Commission on Human Rights hoping to receive, at some point, full reparation for the violations perpetrated against him and his community.
Separately, the indigenous defender of land and territory Máxima Acuña, winner of the 2016 Goldman Prize, is also fighting against the Yanacocha mining project. Máxima, who denounced the company for the illegal occupation of her territories, has been threatened and attacked on several occasions along with her children, and her crops have been destroyed by the police.
El proyecto minero Conga es la mayor mina de oro a cielo abierto de Sudamérica, e impacta y contamina los recursos hídricos de las comunidades aledañas, para quienes éstos son sagrados y vitales para el sostenimiento de sus actividades agrícolas y de uso personal. El proyecto es propiedad de la empresa Yanacocha, formada por Buenaventura y Newmont Mining Corporation, con sede en Estados Unidos.
El 29 de noviembre de 2011, se produjeron protestas masivas en Cajamarca, Perú, contra el proyecto minero Conga. En virtud de un acuerdo, la Policía Nacional Civil (PNC) era la encargada de prestar servicios de seguridad para este proyecto. Las protestas se saldaron con una violenta represión, ya que los agentes de la PNC utilizaron armas de fuego contra los manifestantes, hiriendo a 17 personas. El campesino Elmer Campos, que participaba en las protestas, recibió un disparo de agentes de la PNC. Como consecuencia, perdió un riñón y el bazo, y sufre parálisis permanente de cintura para abajo.
Hay un proceso penal abierto contra dos policías desplegados el día de la manifestación. El juicio oral está pendiente, aunque uno de los acusados solicitó el traslado del proceso a otra jurisdicción.
Por otro lado, Elmer y sus representantes en la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos buscan responsabilizar a Yanacocha como tercero civilmente responsable. En 2017, el Juzgado de Investigación Preparatoria de Celendín, si bien reconoció la responsabilidad del Ministerio del Interior, desconoció por completo el contrato entre la PNC y la empresa Yanacocha y, por lo tanto, exoneró de toda responsabilidad a la empresa. Esta decisión fue impugnada por la defensa de Elmer ante la Sala Penal de Apelaciones de Cajamarca, que falló a su favor el 13 de noviembre de 2017.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia revocó esta decisión, argumentando que el vínculo entre la PNC y Yanacocha era horizontal (mera coordinación) y no vertical (dirección). Elmer Campos y sus representantes interpusieron una acción de amparo contra esta decisión, alegando que la Corte Suprema no tomó en cuenta todas las pruebas para determinar la responsabilidad de Yanacocha, violando su derecho a la reparación. El amparo fue desestimado sin revisar el fondo, por lo que la defensa de Elmer recurrió ante el Tribunal Constitucional. En mayo de 2022, el International Service for Human Rights (ISHR) y Robert F. Kennedy Human Rights (RFK Human Rights) presentaron un amicus curiae para expresar su apoyo a la apelación.
Ante la falta de reparación por parte del Estado peruano más de once años después de ocurridos los hechos, el Sr. Campos también ha emprendido acciones legales ante un Tribunal Federal de los Estados Unidos. EarthRights International (ERI) interpuso una acción en su nombre solicitando a la empresa Newmont información que pueda esclarecer lo ocurrido el 29 de noviembre de 2011. El 16 de marzo de 2015, el Tribunal de Estados Unidos ordenó a Newmont entregar toda la información en su poder relacionada con la represión policial de las protestas contra el proyecto minero Conga, incluidas fotos y vídeos tomados ese día, informes de seguridad de Yanacocha, comunicaciones entre Yanacocha y la policía y comunicaciones internas de la empresa. Además, el tribunal accedió a la petición del demandante de tomar declaración jurada a un representante de Newmont.
Elmer Campos también ha presentado una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con la esperanza de recibir, en algún momento, una reparación integral por las violaciones perpetradas contra él y su comunidad.
Por otro lado, la defensora indígena de la tierra y el territorio Máxima Acuña, ganadora del Premio Goldman de 2016, también lucha contra el proyecto minero Yanacocha. Máxima, que denunció a la empresa por la ocupación ilegal de sus territorios, ha sido amenazada y agredida en varias ocasiones junto con sus hijos, y sus cultivos han sido destruidos por la policía.
In Peru, construction work is constantly carried out in indigenous territory without consulting the communities. In response, several activists and groups have undertaken legal actions to defend their lands. In this regard, the recent admission before the Peruvian judiciary of a lawsuit filed by several communities accompanied by the Instituto de Defensa Legal (IDL) (Legal Defense Institute) stands out. The dispossession of indigenous communities due to the implementation of construction projects without prior consultation constitutes a structural problem that urgently needs to be addressed in Latin America, especially in light of the serious consequences it generates in terms of displacement and violence against historically marginalized groups.
In addition, in the context of the COVID-19 pandemic, the declaration of a state of emergency in Peru has led to militarization and police presence in the daily life of many communities, as well as the closure of small businesses. There is also a great impact on the livelihood and resources of the population, considering that 72.6% of Peruvians are dedicated to informal employment.
En Perú se realizan constantemente obras de construcción en territorio indígena sin consultar a las comunidades. En respuesta, varios activistas y grupos han emprendido acciones legales para defender sus tierras. En este sentido, destaca la reciente admisión a trámite de una demanda interpuesta por varias comunidades acompañadas por el Instituto de Defensa Legal (IDL) ante el poder judicial peruano. El despojo de comunidades indígenas debido a la implementación de proyectos de construcción sin consulta previa constituye un problema estructural que urge atender en América Latina, especialmente a la luz de las graves consecuencias que genera en términos de desplazamiento y violencia contra grupos históricamente discriminados.
Además, en el marco de la pandemia COVID-19, la declaración del estado de emergencia en Perú, ha conllevado la militarización y presencia policial en la vida cotidiana de muchas comunidades, además del cierre de pequeños negocios, con efectos muy graves sobre los medios de vida y recursos de la población, teniendo en cuenta que el 72,6% de los peruanos se dedican al empleo informal.
- SERVINDI, Elmer Campos: “Siempre voy a estar luchando con mi pueblo” (08 October 2015)
- NACLA, Police Repression Legalized as Mining Protests Grow in Peru (13 February 2014)
- Business & Human Rights Resource Centre, Piden a corte de EEUU que Newmont informe sobre protesta en Conga (31 January 2014)
- Amicus brief filed by the International Service for Human Rights (ISHR) and Robert F. Kennedy Human Rights.
- EarthRights, Relevant Legal documents