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Minor Delgado Case

Last Case Update

The Bribri indigenous rights defender, Minor Ortíz Delgado has been suffering from continuous criminalization, aggressions, threats and assassination attempts that have gone unpunished to this day, despite having many of its perpetrators identified.

El defensor bribri de los derechos de los pueblos indígenas, Minor Ortíz Delgado ha sido continuamente objeto de criminalización, ataques, agresiones, amenazas e intentos de asesinato que han quedado impunes hasta el día de hoy, a pesar de tener identificados a muchos de sus autores.

Minor Ortíz, a Bribri member of the Tubolwak clan, defends the rights of the Bribri indigenous people as part of the Río Azul community, located in Salitre, an indigenous territory in southeastern Costa Rica. He is part of the traditional council of Bribri, whose mission is to protect the rights of indigenous peoples. He also represents his people in the Sanitation Commission, established with state authorities to address non-indigenous invaders’ illegal occupation of indigenous territories in Salitre. 

Given Mr Ortíz struggled to protect indigenous rights to land and territory, he suffered from attacks, aggressions, threats and assassination attempts that have gone unpunished, even though many of its perpetrators are identified. The Bribri and Teribe indigenous groups located in Salitre, including Minor, have been granted precautionary measures by the Inter-American Commission on Human Rights (IACHR) since 2015, given the risk to their life and integrity. 

The indigenous defender Minor Ortíz Delgado has been the target of several attacks for the past ten years. 

In 2013, he was attacked by a mob armed with sticks and machetes. As a result, Minor was injured with a machete blow on his left ear, was hit with a stone and marked on his chest with a burning iron. Moreover, even after the precautionary measures were granted, Mr Ortiz has suffered continuous attacks on his life. For example, on February 9, 2020, Mr Ortiz was fired in his leg while working. Shortly after, on March 30, 2020, somebody set fire to lands recovered and belonging to Mainor Ortíz Delgado. Despite identifying one non-indigenous family responsible for the attacks, they remain impune. Eliodoro Figueroa Uva was arrested but released 24 hours later with a restraining order from Minor Ortíz and his family. However, Mr. Ortiz and his family are in danger as Figueroa and his family live next door and continuously insult and threaten them. 

Mr. Figueroa is a known aggressor of indigenous groups. During the pandemic, on July 21, 2020, he threatened to kill the Bribri José Enrique Ortíz, also indigenous rights defenders in Río Azul of Salitre and Minor Ortiz’s brother-in-law. 

In this regard, on February 9, 2020, the Judicial Investigation Agency opened a criminal case against Mr Eliodoro Figueroa Uva, following the complaint filed by both Bribri defenders and as a result of the armed attack. The judge ordered Mr. Eliodoro Figueroa Uva to stay away and not to intimidate the Bribri indigenous group of Salitre. Mr Figueroa’s father, Heleodoro, also faces several agrarian proceedings related to Bribri de Salitre indigenous lands.

Conversely, at least thirteen criminalization proceedings are pursued against the indigenous leader Minor Ortiz, distributed between the Costa Rican courts of Perez Zeledón and Buenos Aires.

Minor Ortíz, indígena bribri integrante del clan Tubolwak, defiende los derechos del pueblo indígena bribri como parte de la comunidad de Río Azul, situada en Salitre, un territorio indígena del sureste de Costa Rica. Forma parte del consejo tradicional de Bribri, cuya misión es proteger los derechos de los pueblos indígenas. También representa a su pueblo en la Comisión de Saneamiento, creada con las autoridades estatales para hacer frente a la ocupación ilegal de territorios indígenas en Salitre por parte de invasores no indígenas.

Dado que el Sr. Ortíz luchó por proteger los derechos indígenas a la tierra y el territorio, sufrió ataques, agresiones, amenazas e intentos de asesinato que han quedado impunes, a pesar de que muchos de sus autores están identificados. Los grupos indígenas Bribri y Teribe ubicados en Salitre, entre ellos Minor, cuentan con medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde 2015, dado el riesgo a su vida e integridad.

El defensor indígena Minor Ortíz Delgado ha sido objeto de varios ataques en los últimos diez años.

En 2013, fue atacado por una turba armada con palos y machetes. Como resultado, Minor resultó herido con un machetazo en la oreja izquierda, fue golpeado con una piedra y marcado en el pecho con un hierro candente. Además, aún después de otorgadas las medidas cautelares, el Sr. Ortiz ha sufrido continuos atentados contra su vida. Por ejemplo, el 9 de febrero de 2020, el Sr. Ortiz recibió un disparo en la pierna mientras trabajaba. Poco después, el 30 de marzo de 2020, alguien prendió fuego a unas tierras recuperadas y pertenecientes a Mainor Ortíz Delgado. A pesar de haber identificado a una familia no indígena como responsable de los ataques, ésta permanece impune. Eliodoro Figueroa Uva fue detenido pero liberado 24 horas después con una orden de alejamiento de Minor Ortíz y su familia. Sin embargo, el Sr. Ortiz y su familia corren peligro, ya que Figueroa y su familia viven al lado y les insultan y amenazan continuamente.

El Sr. Figueroa es un conocido agresor de grupos indígenas. Durante la pandemia, el 21 de julio de 2020, amenazó de muerte al bribri José Enrique Ortíz, también defensor de los derechos indígenas en Río Azul de Salitre y cuñado de Minor Ortiz.

En este sentido, el 9 de febrero de 2020, el Organismo de Investigación Judicial abrió una causa penal contra el Sr. Eliodoro Figueroa Uva, a raíz de la denuncia presentada por ambos defensores Bribri y como resultado del ataque armado. El juez ordenó al Sr. Eliodoro Figueroa Uva mantenerse alejado y no intimidar al grupo indígena Bribri de Salitre. El padre del Sr. Figueroa, Heleodoro, también se enfrenta a varios procedimientos agrarios relacionados con las tierras indígenas Bribri de Salitre.

Por el contrario, contra el líder indígena Minor Ortiz se siguen al menos trece procesos de criminalización, repartidos entre los juzgados costarricenses de Pérez Zeledón y Buenos Aires.

In Costa Rica, there are eight indigenous groups (Bribri, Cabécar, Maleku, Brörán, Ngäbe-Buglé, Huetar, Chorotega, and Brunka), living in 24 territories in the country. They represent a very small percentage of the population (as of 2011, 2.42% of the total population).  Only 34.5% of them lived in the 24 indigenous territories demarcated by the State between 1956 and 2001, and the rest inhabit unrecognized ancestral lands, or live in other areas of the country. Only 56.8% of their lands are effectively owned by members of indigenous groups, so the rest are occupied by non-indigenous people or landowners.

In 1977, the “Indigenous Law of Costa Rica” (No. 6172) was issued, which broadly but imprecisely or insufficiently regulated the indigenous issue in the country. This law recognizes the 24 indigenous peoples of the country, their autonomous organization, and declares their reserves as indigenous properties, stating that they are “inalienable and imprescriptible, non-transferable and exclusive to the indigenous communities that inhabit them.”

Given the lack of regulation of their territories by the State, several indigenous population groups have carried out various processes to recover their usurped territory. The last one began in 2010, but even today, there are still several active territorial recovery processes. In this context, there has been a significant escalation of tension between indigenous and non-indigenous people, which has resulted in severe acts of violence, including the murders of Sergio Rojas in 2019, and Jerhy Rivera in 2020, still unpunished. 

The acts of violence and death threats by non-indigenous settlers against the Bribri and Teribe indigenous peoples intensified when, in 2010, they began to carry out peaceful actions to recover the lands they own. Despite this, the State of Costa Rica has allowed the proliferation of large megaprojects without the consultation of the communities, such as the Diquís Hydroelectric Project, or the occupation by non-indigenous settlers.

En Costa Rica existen hoy ocho pueblos indígenas (Bribri, Cabécar, Maleku, Brörán, Ngäbe-Buglé, Huetar, Chorotega y Brunka), que viven en 24 territorios a lo largo del país. Representan un porcentaje muy pequeño de la población (en 2011, el 2,42% de la población total).  Sólo el 34,5% de ellos vivía en los 24 territorios indígenas demarcados por el Estado entre 1956 y 2001, y el resto habita tierras ancestrales no reconocidas, o vive en otras zonas del país. Sólo el 56,8% de sus tierras son propiedad efectiva de miembros de grupos indígenas, por lo que el resto está ocupado por personas o terratenientes no indígenas.

En 1977 se expidió la “Ley Indígena de Costa Rica” (No. 6172), que reguló de manera amplia pero imprecisa o insuficiente el tema indígena en el país. Esta ley reconoce a los 24 pueblos indígenas del país, su organización autónoma y declara sus reservas como propiedades indígenas, señalando que son “inalienables e imprescriptibles, no transferibles y exclusivas de las comunidades indígenas que las habitan”.


Ante la falta de saneamiento de sus territorios por parte del Estado, varios grupos de población indígena han llevado a cabo diversos procesos para recuperar el territorio usurpado. El último se inició en 2010, pero aún hoy existen varios procesos de recuperación territorial que se encuentran activos. En este marco, se ha producido una importante escalada de tensión entre personas indígenas y no indígenas, y que se ha concretado en graves hechos de violencia, incluyendo los asesinatos de Sergio Rojas en el año 2019, y de Jerhy Rivera, en el año 2020, todavía impunes.

Forest People Programme support the international advocacy and litigation before the Inter-American Commission on Human Rights.