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Criminalization of Mayan Women Journalists

Anastasía Mejía Tiriquiz, an indigenous journalist, and Petrona Siy Castro, an indigenous community leader, were arrested in the context of a protest that took place on August 24, 2020 in Joyabaj, against the local mayor. After facing a criminal proceeding for the crimes of sedition, arson and aggravated assault, they were released on September 3, 2021.

Anastasía Mejía Tiriquiz, periodista indígena, y Petrona Siy Castro, líder comunitaria indígena, fueron detenidas en el contexto de una protesta que tuvo lugar el 24 de agosto de 2020 en Joyabaj, contra el alcalde local. Tras enfrentar un proceso penal por los delitos de sedición, incendio y atentado agravado, fueron liberadas el 3 de septiembre de 2021.

Anastasía Mejía Tiriquiz is a Maya K’ich’e journalist and aj q’ij (spiritual guide) who runs the local station Xol Abaj Radio and Xol Abaj TV, and promotes the rights of indigenous women. Anastasia exercises social auditing as a right that everyone has to request accountability for the administration of public resources.

Petrona Siy Castro was an elderly mayan K’ich’e authority, a community leader and businesswoman in the municipality of Joyabaj, department of Quiché. Petrona, who died in April 2023, was a source of knowledge of the ancestral practices and principles of her community, for which she was recognized as an authority. For this reason, she carried a vara de autoridad comunitaria (staff of community authority), which represents balance, wisdom and the responsibility to maintain harmony in the community.

Both women were arrested on September 22, 2020 by the División Especializada en Investigación Criminal (DEIC) (Specialized Criminal Investigation Division) of the Policía Nacional Civil (PNC) (National Civil Police). Anastasia was arrested for covering the protests that took place on August 24, 2020 in Joyabaj, against the local mayor, Mr. Florencio Carrascosa, as a result of the measures adopted in the context of the COVID-19 crisis.

Petrona was also present at the August 24 protest, carrying her vara de autoridad ancestral (staff of ancestral authority) as a community authority, but she was there to deliver the mayor a letter with requests from her community. However, while she talked to the mayor, other people arrived and began to yell at the mayor, making additional requests. Suddenly, violence erupted and the mayor took refuge inside a government building. The individuals continued to yell, they burned two motorcycles and set fire to the building’s door. It should be noted that, years before these events, on March 14, 2019, Mr. Carrascosa physically assaulted and threatened Anastasia with a firearm.

Anastasia and Petrona were charged with the crimes of sedition, aggravated attack, aggravated arson and aggravated robbery before the Juzgado de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del municipio de Nebaj, Quiché (First Instance Court for Crime, Drug Trafficking and Crimes against the Environment of the municipality of Nebaj, Quiché). Both were arbitrarily detained for more than a month in the Preventive Center for Women of Quetzaltenango, because their first statement hearing was rescheduled on two occasions, a situation that was publicly denounced by the Office of the Special Rapporteur for Freedom of Expression of the Inter-American Commission on Human Rights.

On October 28, 2020, Anastasia, Petrona and another person, were subjected to criminal proceedings for the crimes of “sedition, arson and aggravated assault” and placed under house arrest. Judge Susy Elizabeth Pérez Cabrera of the Juzgado de Primera Instancia Penal (First Instance Criminal Court) of Santa Cruz del Quiché also ordered the community journalist to pay a fine of 20,000 Quetzales (approximately $2,600), required her to sign in with the court every 15 days, and prohibited her from continuing her journalism work outside of her municipality. The journalist has also been the target of defamation and slander on social media, and has been accused of running a “pirate radio station,” among other hate messages.

Petrona was criminalized for using her vara de autoridad ancestral, because the authorities, while distorting its use based on discriminatory stereotypes, assumed that she had used it to engage in violence. However, as the representatives of the Chomij’a Indigenous Lawyers Association point out, it is not possible since Mrs. Siy is “an older Mayan woman who cannot afford to mislead her testimony of maturity and wisdom in front of her community”. Thanks to the work of the Chomij’a Indigenous Lawyers Association, on September 3, 2021, the Nebaj Criminal Court of First Instance dismissed and lifted the charges against both.

Numerous supporters have mobilized around the case. For example, Tito Medina, a Guatemalan singer-songwriter exiled in Canada, composed a song calling for justice in the case of the two indigenous women, which is becoming the anthem of the Maya K’iche communities’ struggle.

Anastasía Mejía Tiriquiz es una periodista maya K’ich’e y aj q’ij (guía espiritual) que dirige la emisora local Xol Abaj Radio y Xol Abaj TV, y promueve los derechos de las mujeres indígenas. Anastasia ejerce la auditoría social como un derecho que todos tienen para pedir cuentas sobre la administración de los recursos públicos.

Petrona Siy Castro fue una autoridad maya K’ich’e, de la tercera edadl, líder comunitaria y comerciante del municipio de Joyabaj, departamento de Quiché. Petrona, quien falleció en abril de 2023, era fuente de conocimiento de las prácticas y principios ancestrales de su comunidad, por lo que era reconocida como autoridad. Por ello, portaba una vara de autoridad comunitaria, que representa el equilibrio, la sabiduría y la responsabilidad de mantener la armonía en la comunidad.

Ambas mujeres fueron detenidas el 22 de septiembre de 2020 por la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC) de la Policía Nacional Civil (PNC). Anastasia fue detenida por cubrir las protestas que tuvieron lugar el 24 de agosto de 2020 en Joyabaj, en contra del alcalde de la localidad, Sr. Florencio Carrascosa, como consecuencia de las medidas adoptadas en el contexto de la crisis del COVID-19.

Petrona también estuvo presente en la protesta del 24 de agosto, llevando su vara de autoridad ancestral como autoridad comunitaria, pero estaba allí para entregar al alcalde una carta con peticiones de su comunidad. Sin embargo, mientras hablaba con el alcalde, llegaron otras personas y empezaron a gritarle, haciéndole peticiones adicionales. De repente, estalló la violencia y el alcalde se refugió en el interior de un edificio gubernamental. Los individuos siguieron gritando, quemaron dos motocicletas e incendiaron la puerta del edificio. Cabe señalar que, años antes de estos hechos, el 14 de marzo de 2019, el Sr. Carrascosa agredió físicamente y amenazó a Anastasia con un arma de fuego.

Anastasia y Petrona fueron acusadas por los delitos de sedición, atentado con agravaciones específicas, incendio agravado y robo agravado ante el Juzgado de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del municipio de Nebaj, Quiché. Ambas estuvieron detenidas arbitrariamente por más de un mes en el Centro Preventivo para Mujeres de Quetzaltenango, debido a que su audiencia de primera declaración fue reprogramada en dos ocasiones, situación que fue denunciada públicamente por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El 28 de octubre de 2020, Anastasia, Petrona y otra persona, fueron sometidas a proceso penal por los delitos de “sedición, incendio y lesiones agravadas” y se les impuso arresto domiciliario. La juez Susy Elizabeth Pérez Cabrera, del Juzgado de Primera Instancia Penal de Santa Cruz del Quiché, también condenó a la periodista comunitaria a pagar una multa de 20.000 quetzales (unos 2.600 dólares), le impuso la obligación de presentarse en el juzgado cada 15 días y le prohibió continuar su labor periodística fuera de su municipio. La periodista también ha sido objeto de difamaciones y calumnias en las redes sociales, y ha sido acusada de dirigir una “emisora pirata”, entre otros mensajes de odio.

Petrona fue criminalizada por usar su vara de autoridad ancestral, pues las autoridades, al distorsionar su uso con base en estereotipos discriminatorios, supusieron que lo había utilizado para ejercer violencia. Sin embargo, como señalan los representantes de la Asociación de Abogados Indígenas Chomij’a, esto no es posible ya que la señora Siy es “una mujer maya de edad avanzada que no puede permitirse el lujo de falsear su testimonio de madurez y sabiduría frente a su comunidad”. Gracias al trabajo de la Asociación de Abogados Indígenas Chomij’a, el 3 de septiembre de 2021, el Juzgado de Primera Instancia Penal de Nebaj desestimó y dictó sobreseimiento de la causa penal abierta en contra de ambas.

Numerosos apoyos se han movilizado en torno a los casos de Anastasia y Petrona. Por ejemplo, Tito Medina, cantautor guatemalteco exiliado en Canadá, compuso una canción pidiendo justicia en el caso de las dos mujeres indígenas, que se está convirtiendo en el himno de la lucha de las comunidades maya K’iche.

Anastasia’s case is not unique or isolated. In Guatemala, criminal law is frequently used to criminalize women social communicators and human rights defenders, especially those who belong to indigenous communities. They are usually repressed while covering protests in their own communities or broadcasting information that is critical of government leaders. Community journalists also face double discrimination because the authorities do not recognize them as professional journalists on the basis of racist stereotypes. Examples of this are the cases of Ceferina Josefa Xaminez Yaxon, Sebastiana Pablo Hernández and Norma Sancir. Xaminez Yaxon is an indigenous social communicator who was convicted of theft after denouncing the high rates charged by the company Energuate to the residents of her municipality. Pablo Hernández is an ancestral authority of the K’ich’e people who has been in prison since October 2020, accused of sedition, arson and aggravated robbery, for allegedly having stolen a device with key documents from a government building. Sancir is a social communicator and human rights defender of the Ch’orti people in Chiquimula, who was criminalized after covering a protest.

El caso de Anastasia no es único ni aislado. En Guatemala, el derecho penal se utiliza con frecuencia para criminalizar a las mujeres comunicadoras sociales y defensoras de los derechos humanos, especialmente a las que pertenecen a comunidades indígenas. Suelen ser reprimidas cuando cubren protestas en sus propias comunidades o difunden información crítica sobre sus gobernantes. Los y las periodistas comunitarios también sufren una doble discriminación porque las autoridades no los reconocen como periodistas profesionales basándose en estereotipos racistas. Ejemplos de ello son los casos de Ceferina Josefa Xaminez Yaxon, Sebastiana Pablo Hernández y Norma Sancir. Xaminez Yaxon es una comunicadora social indígena que fue condenada por robo tras denunciar las altas tarifas que cobraba la empresa Energuate a los vecinos de su municipio. Pablo Hernández es una autoridad ancestral del pueblo K’ich’e que está preso desde octubre de 2020, acusado de sedición, incendio y robo agravado, por supuestamente haber sustraído un dispositivo con documentos clave de un edificio gubernamental. Sancir es un comunicador social y defensor de los derechos humanos del pueblo Ch’orti en Chiquimula, que fue criminalizado tras cubrir una protesta.