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Milena Quiroz Jiménez Case

Last Case Update

Milena Quiroz is an Afro-descendant leader and human rights defender. She is a legal representative of the Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar (CISBCSC) (Interlocution Commission of Sur de Bolívar, Centro, and Sur del Cesar), a member of the Cooperativa Multiactiva de Arenal (Comuarenal) (Arenal Multiactive Cooperative) and the Consejo Comunitario de Comunidades Negras (Community Council of Black Communities) “Resistencia Cimarrona Casimira Olave Arincon Amela”, member of the Fundación Rescate Cultural (FUREC), and of the community radio station “La Negrita de Arenal” of the municipality of Arenal, department of Bolívar. Milena Quiroz has been criminalized for years and has suffered several attempts on her life and integrity.

Milena Quiroz es líder afrodescendiente y defensora de los derechos humanos. Es representante legal de la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar (CISBCSC), miembro de la Cooperativa Multiactiva de Arenal (Comuarenal) y del Consejo Comunitario de Comunidades Negras “Resistencia Cimarrona Casimira Olave Arincon Amela”, miembro de la Fundación Rescate Cultural (FUREC), y de la emisora comunitaria “La Negrita de Arenal” del municipio de Arenal, departamento de Bolívar. Milena Quiroz ha sido criminalizada durante años y ha sufrido varios atentados contra su vida e integridad.

Due to her defense of human rights, Milena Quiroz has suffered serious attempts on her life, which is why she is one of the 10 social leaders who filed a tutela request in the country, which highlights the serious shortcomings of the protection systems provided by the Unidad Nacional de Protección (UNP) (National Protection Unit).

On March 29, 2017, the Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado (First Criminal Court of the Specialized Circuit) of Cartagena ordered the house arrest of Milena Quiroz. The same judge ordered the arrest of other community members; Isidro Alarcón Bohórquez, Francisco Zabaleta, and the daughter of Joaquin Gomez were detained in their homes.

As a protest against these arbitrary detentions, in June 2017, more than 400 leaders marched to the Prosecutor’s Office in Bogotá demanding information on the criminalization processes opened against, among others, Milena Quiroz, Teofilo Acuña Ribón, and Jorge Alberto Tafur Acuña, who at that time were informed that they had no legal proceedings against them. However, later, Teófilo Acuña, together with Adelso Gallo and Rober Daza, also social and campesino leaders, were arrested for the crime of rebellion, and were publicly presented as commanders of guerrilla organizations. On January 7, 2022, Teófilo Manuel Acuña Ribón was threatened and later murdered on February 22, 2022, and, to this date, the perpetrators of the crime are not known.

The arrest warrant against Milena Quiroz was issued by the Fiscalía 3ª del Circuito Especializado (3rd Prosecutor’s Office of the Specialized Circuit) of the city of Cartagena and she was charged with the crimes of rebellion, criminal conspiracy and financing of terrorist groups, under the premise that she promoted marches and mobilized the masses as a social and community leader, and she would therefore be putting “democracy at risk.” The Fiscalía (Prosecutor’s Office) tried to point out that Milena’s human rights activities are part of the Ejército de Liberación Nacional (National Liberation Army) guerrilla, and requested her preventive detention.

It is important to note that the Court that ordered Milena Quiroz be put under house arrest specified that the defender should serve this sentence far from Sur de Bolívar, condemning her, according to her lawyers, to banishment. The reason given by the Court is that Milena has been defending human rights in this area, and in the judge’s opinion, being arrested near Bolivar, would allow her to continue calling for protests. Consequently, the human rights leader forcibly decided to go temporarily to Bogotá. Additionally, Milena has been forced to assume the high financial costs of continued travel for both herself and her defense to attend hearings and go to different parts of the country to gather evidence, since, although the case has been brought before the Juez Primero Especializado (First Specialized Judge) of Cartagena, there have been several hearings in Bogotá. In November 2017, the Juzgado Primero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento (First Criminal Circuit Court) of Cartagena revoked Milena’s security measure, and ordered her immediate release, together with the persons who had been deprived of their liberty.

Since the deprivation of liberty, the Fiscalia (Prosecutor’s office) publicly exposed Milena, increasing the risk to her life and integrity, which led to the classification of her risk as extraordinary and the granting of a security scheme by the National Protection Unit. Within the framework of the process, Milena has insisted on pointing out the multiple violations of her rights to due diligence, due process, defense, contradiction, and access to the administration of justice committed by the Third Specialized Prosecutor’s Office of Cartagena, which delivered incomplete, fragmented, and illegible material evidence, and has not allowed the interview of the witnesses against her. The Supreme Court of Justice declared inadmissible a tutela action filed by Milena Quiroz, but made “a call to the First Criminal Court of the Specialized Circuit of Cartagena, so that, in view of the problems that have arisen between the Prosecutor’s Office and MILENA QUIROZ JIMÉNEZ, it guarantees the latter the respect of her right to defense in the trial that she is in charge of.”

In early August 2022, a hearing was set to take place before the First Court of Cartagena, to decide on “the legality of the evidence that prosecutors in Colombia are using to criminalize the Afro-Colombian woman human rights defender (WHRD) Milena Quiroz Jimenez”. The next preliminary hearing is set to take place on October 18, 2023.
However, undue delays continue to occur in Milena’s process, with her hearings being rescheduled on more than 10 occasions for over six years, unjustifiably prolonging the criminalization against her, and causing significant distress as she has to face an ongoing process hanging over her as a looming threat.

Debido a su defensa de los derechos humanos, Milena Quiroz ha sufrido graves atentados contra su vida, razón por la cual es una de los 10 líderes sociales que interpusieron una acción de tutela en el país, la cual pone en evidencia las graves falencias de los sistemas de protección que brinda la Unidad Nacional de Protección (UNP).

El 29 de marzo de 2017, el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Cartagena ordenó la detención domiciliaria de Milena Quiroz. La misma jueza ordenó la detención carcelaria de otros miembros de la comunidad; Isidro Alarcón Bohórquez, Francisco Zabaleta, y la hija de Joaquin Gomez fueron detenidos en sus domicilios. 

Como protesta en contra de estas detenciones arbitrarias, en junio de 2017, más de 400 líderes marcharon hasta la Fiscalía en Bogotá exigiendo información sobre los procesos de criminalización abiertos contra, entre otros, Milena Quiroz, Teófilo Acuña Ribón y Jorge Alberto Tafur Acuña, a quienes en ese momento se les informó que no tenían procesos judiciales en su contra. Sin embargo, posteriormente, Teófilo Acuña, junto con Adelso Gallo y Rober Daza, también dirigentes sociales y campesinos, fueron detenidos por el delito de rebelión, y presentados públicamente como comandantes de organizaciones guerrilleras. El 7 de enero de 2022, Teófilo Manuel Acuña Ribón fue amenazado y posteriormente asesinado el 22 de febrero de 2022, sin que hasta la fecha se conozcan los responsables del crimen.

La orden de captura en contra de Milena Quiroz fue emitida por la Fiscalía 3ª del Circuito Especializado de la ciudad de Cartagena y le imputaron los delitos de rebelión, concierto para delinquir y financiación de grupos terroristas, bajo la premisa de que ella promovía marchas y movilizaba a las masas como líder social y comunitaria, por lo que estaría poniendo “en riesgo la democracia”. La Fiscalía trató de señalar que las actividades de derechos humanos de Milena forman parte de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, y solicitó su detención domiciliaria.

Es importante destacar que el Juzgado que ordenó que Milena Quiroz fuera puesta bajo arresto domiciliario, precisó que la defensora debería cumplir dicha medida lejos del sur de Bolívar, condenándola, según sus abogados, al destierro. La razón dada por el Juzgado es que Milena ha estado defendiendo los derechos humanos en esta zona y, en opinión de la jueza, ser arrestada cerca de Bolívar le permitiría seguir convocando protestas. En consecuencia, la lideresa de derechos humanos decidió trasladarse temporalmente a Bogotá. Adicionalmente, Milena se ha visto obligada a asumir los altos costos económicos de los continuos desplazamientos tanto de ella como de su defensa para asistir a las audiencias e ir a diferentes partes del país a recaudar pruebas, ya que, aunque el caso ha sido llevado ante el Juez Primero Especializado de Cartagena, se han realizado varias audiencias en Bogotá. En noviembre de 2017, el Juzgado Primero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Cartagena revocó la medida de aseguramiento de Milena, y ordenó su libertad inmediata, junto con las personas que habían sido privadas de la libertad.

Desde la privación de la libertad, la Fiscalía expuso públicamente a Milena, elevando el riesgo para su vida e integridad, lo que llevó a la calificación de su riesgo como extraordinario y al otorgamiento de un esquema de seguridad por parte de la Unidad Nacional de Protección. En el marco del proceso, Milena ha insistido en señalar las múltiples violaciones a sus derechos a la debida diligencia, debido proceso, defensa, contradicción y acceso a la administración de justicia cometidas por la Fiscalía Tercera Especializada de Cartagena, que entregó pruebas materiales incompletas, fragmentadas e ilegibles, y no ha permitido la entrevista de los testigos en su contra. La Corte Suprema de Justicia declaró improcedente una acción de tutela interpuesta por Milena Quiroz, pero hizo “un llamado al Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Cartagena, para que, ante los inconvenientes suscitados entre la Fiscalía accionada y MILENA QUIROZ JIMÉNEZ garantice a ésta el respeto de su derecho a la defensa en el juicio que se encuentra a su cargo.”

A principios de agosto de 2022, se fijó una audiencia ante el Juzgado Primero de Cartagena, para decidir sobre “la legalidad de las pruebas que los fiscales de Colombia están utilizando para criminalizar a la defensora de derechos humanos afrocolombiana Milena Quiroz Jiménez”. En agosto y septiembre se aplazó nuevamente la audiencia preliminar por cambio en la representación de un procesado y por falta de asistencia de la Fiscalía. Actualmente la audiencia está prevista para el 18 de octubre de 2023.

Sin embargo, se siguen produciendo dilaciones indebidas en el proceso de Milena, de manera que sus audiencias han sido reprogramadas en más de 10 ocasiones a lo largo de más de seis años, prolongando indebidamente la criminalización en contra de la defensora, y causándole una angustia significativa al tener que enfrentarse a un proceso en curso que pende sobre ella como una amenaza inminente.

Milena’s case is part of the vulnerable situation faced by indigenous and Afro-Colombian leaders in Colombia, as recognized by the Inter-American Commission on Human Rights (IACHR). The IACHR also reported that, from the time the Acuerdo de Paz (Peace Agreement) was signed through June 2018, “40% of the leaders attacked belong to an ethnic group, 21% of African descent and 19% indigenous, and they represent 43% of the leaders killed”. In this context, women defenders and leaders in Colombia live in a particularly risky situation, and in recent years there has been an increase in murders, torture, sexual violence, and threats against community leaders and women defenders. In addition, in Colombia, the IACHR also received information on the trend of criminalizing protest participants and high-level government authorities issuing public statements in this regard. For example, the announcement by the Colombian Attorney General regarding the possibility of opening criminal investigations against these demonstrators for various crimes, including obstruction of public roads and kidnapping, stands out. In fact, according to the report “Criminalización de la defensa de los derechos humanos en Colombia” (Criminalization of the defense of human rights in Colombia), by 2019, 249 human rights defenders had been criminalized during the previous 7 years, which averages out to one person every 11 days.

El caso de Milena hace parte de la situación de vulnerabilidad que enfrentan los líderes indígenas y afrocolombianos en Colombia, como lo reconoce la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La CIDH también denunció que, desde la firma del Acuerdo de Paz hasta junio de 2018, “el 40% de los líderes y lideresas agredidos tienen pertenencia étnica, 21% afrodescendientes y 19% indígenas, y representan el 43%de los líderes asesinados”. En este contexto, las defensoras y lideresas en Colombia viven una situación de especial riesgo, y en los últimos años se han incrementado los asesinatos, torturas, violencia sexual y amenazas contra líderesas comunitarias y defensoras. Adicionalmente, en Colombia, la CIDH también recibió información sobre la tendencia a criminalizar a los participantes en protestas y a que autoridades gubernamentales de alto nivel emitan declaraciones públicas en este sentido. Por ejemplo, destaca el anuncio del Fiscal General de Colombia sobre la posibilidad de abrir investigaciones penales contra estos manifestantes por diversos delitos, entre ellos obstrucción de vías públicas y secuestro. De hecho, según el informe “Criminalización de la defensa de los derechos humanos en Colombia”, en 2019, 249 defensores de derechos humanos habían sido criminalizados durante los 7 años anteriores, lo que equivale en promedio a una persona cada 11 días.

Organizations supporting the case

Political Prisoners Committee, Corporación Sembrar and Programa Desarrollo y Paz de Magdalena Medio